20 may 2010

Coqueterías


Cuando era chica, me contaban aquel cuento de la olla al final del Arco Iris, que contenía monedas de oro y un duende que la custodiaba; pero si uno la encontraba, se hacía rico pues se quedaba con ella.
Aunque no tuve éxito y todavía la estoy buscando, además de que no recuerdo que pasaba con el duende, en caso de encontrarla…si quedo en mi memoria que al imaginarla, yo no quería monedas; lo primero que pensaba era que mi olla, estaría llena de joyas de todos los tamaños, colores y repleta de piedras preciosas...
Es como si lo lleváramos en la sangre, esta fascinación por adornarnos y colgarnos alhajas para sentirnos más bellas... sino como se explica que ya desde niñas, elijamos estos pequeños tesoros para jugar, en vez de autos, aviones y motos, como lo hacen los niños. Bueno…debo aclarar que si bien los autos no eran mi predilección, treparme a los árboles, jugar con bolitas o agarrarme a los trompazos con hermanos o vecinos eran otro tipo de prácticas que también disfrutaba... en fin, por suerte estaba mi madre, que me compraba tacitas, muñequitas y vestiditos además de incentivarme con el ejemplo, sin imaginar que después sufriría diariamente diferentes tipos de saqueos en su guardarropas, estuche de maquillajes y alhajeros... por no decir que aún lo sigue padeciendo...
La cuestión es que podrán ser más chicas, más grandes, plateadas, doradas, formales, hippies… hay infinidad de características y variedades, pero a que mujer no le gusta alguno de todos estos tesoros que actualmente llamamos bijou y quisiera encontrar su olla al final del Arco Iris!

Próxima nota, tips y sugerencias para el uso de bijou de acuerdo a la ocasión, el tipo de escote, la morfología del rostro, etc.

2 comentarios:

  1. Hola guapaa. Me gustó mucho tu blog así que te sigo!!! Besitos desde www.realtrends4realwomen.blogspot.com

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  2. Hola, gracias por seguirme, yo te sigo también y me gusta tu blog!

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